sábado, 11 de enero de 2014

CAPITULO 2 - AED


PROLOGO PARTE DOS:

Llevaba una combinación. Eso era todo. Había visto bailarinas con más  ropa. No le quedaba bien con su pálida piel. Llevaba el abundante pelo castaño recogido haciendo que se muriera de ganas de soltárselo. Sentía una ardiente corriente recorrer sus venas y se dio cuenta de que, incluso con  el vestido más barato, ella tenía el poder de encender un poderoso deseo en su interior. Se burló de sí mismo. Por un instante, antes de haber descubierto quién era ella o qué estaba ocurriendo, había pensado... Trató de evitar que sus pensamientos siguieran en esa dirección. Pero su mente no lo obedeció.

Cuando la conoció, ella había tocado algo profundamente oculto y desconocido que tenía en su interior. Lo había sacado de su cínica inercia habitual. Lo había mirado con una timidez tan dulce... y después había sonreído. Esa sonrisa había hecho patente la corriente de atracción sexual que discurría entre los dos y algo más intangible... pero tan inocentemente femenino, que le había sorprendido. Estaba acostumbrado a que las mujeres le sonrieran, pero con un descaro tan calculado que le enfriaba la sangre.

Apretó los labios mientras la seguía a través del comedor, consciente  de las miradas de admiración que suscitaba el seductor balanceo de sus caderas. Y su mirada, como la de los demás, estaba atrapada por el pedazo de encaje y seda casi indecente. Al verla esa noche, con una sin tenciones tan evidentes, se preguntó de nuevo cómo podía haber pensado alguna vez que no era exactamente igual que las demás mujeres.

Estaba seguro, con una confianza arrogante, de que ella lo deseaba.Ella había sentido el mismo impacto a primera vista, lo sabía.

No era nada más que una actriz mediocre, pero eso todavía... y odiaba admitirlo, le volvía más loco, le hacía bajar la guardia. Nunca antes había tenido pérdidas de concentración dirigiendo sus empresas desde Londres hasta Tokio. Conocía de ellas hasta el mínimo detalle, su control era legendario e inspiraba miedo entre sus competidores. Una capacidad de control que no permitiría que ni ella ni su familia debilitara, incluso en ese momento, cuando ellos creían que lo habían conseguido. Los imbéciles.

Se centró en los hechos. Ella estaba allí para llevárselo a la cama, para seducirlo y distraerlo. Era la dulce trampa. Uno de los trucos más viejos del mundo. Si no estaba equivocado, había visto la inconfundible forma de una llave en el bolsillo de su abrigo. ¿Sería la llave de una habitación de ese hotel? Sintió el amargo sabor del desagrado.

Pero los dos podían jugar al mismo juego: él también estaba allí para seducirla. Un pequeño lujo que se iba a permitir. Botín de guerra. Porque aquello era una guerra. Desde que había sentido como un puñetazo en el estómago la primera vez que la había visto y había descubierto lo evidente de su juego, lo descaradamente que se la habían puesto en el punto de mira... había decidido probar lo que le ofrecían.

Llegaron a la mesa. Lali la rodeó y se colocó frente a él con una mirada de casi... ansiedad en su rostro. Era buena, pensó él. Nunca había visto ese nivel de astucia. Se reafirmó en su fría claridad mental ignorando la presión de su bajo vientre.

Pronto averiguaría ella cómo habían fallado sus maquinaciones.Después se vengaría de su familia. Y entonces se libraría de ese deseo que lo consumía. Cuando acabara la noche ella nunca lo olvidaría ni querría volver a recorrer ese camino.

MIREN ESTO ES LA HIJA QUE PODRIAN TENER